El viaje: Segunda Etapa
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Durante el vuelo a Houston hubo mucha turbulencia. Y ya llevamos 2 horas y media y nada que aterrizábamos. Yo veía por la ventana y veía la ciudad ir y venir, estábamos dando vueltas sobre Houston.
Finalmente, el piloto anunció que llevamos una hora sobrevolando y que no nos habían dado permiso para aterrizar porque había una tormenta. Pero ya nos estábamos quedando sin gasolina así que nos mandaron para Austin, más demora. Menos mal que nuestras escalas eran largas. No me imagino nosotros corriendo por un aeropuerto gigante con maletas y todo. En Austin estuvimos como media hora y de regreso a Houston, sin poder avisarle a Raúl lo que pasaba porque aquí ya no teníamos Internet y no nos pudimos bajar del avión.
Cuando aterrizamos ya eran casi la 2 de la mañana y Raúl al ver que nos habían desviado pensó que allá nos iban a dejar y se fue. De manera que no nos pudimos ver ni siquiera un ratico. ¡Quedamos más aburridos! Pero ni modos, nada que pudiéramos hacer.
Segunda parada: Houston
Yo no sé cómo un aeropuerto de ese tamaño cierra. ¡Increíble! Hasta el tren que lo lleva a uno de una terminal a otra estaba fuera de servicio. Así que nos tocó caminar por un pasillo larguísimo y más miedoso que la Caracas, con maletas al hombro y absolutamente mamados. Caminamos como 2 kilómetros y buscando el lado divertido del asunto nos pusimos a hablar de lo que pasaba en las películas en los corredores largos y preciso, vimos a un tipo todo sospechoso caminando hacia nosotros, cojeando y con algo en la mano. Jajajaja que susto tan bravo!!! ¡Hasta un hacha nos imaginábamos que traía en la mano! Pero no, era sólo un señor de mantenimiento.
Intentamos encontrar donde descansar. Pero no había como acceder a las salas de espera. Todo el mundo estaba tirado en el piso, pero uno con ese delirio de persecución que trae de Colombia ni por la mocha se queda por ahí, había que buscar un lugar “seguro”. Lo único que encontramos fue una fila de 3 sillas y ahí nos acomodamos los 4 abrazando maletas y morrales y tratamos de dormir. Pero no se pudo, porque la alarma de incendio estaba fallando así que cada 20 minutos se disparaba y hacía un ruido increíble. De cualquier manera, sentados en una silla y con ese frío que estaba haciendo, tampoco era que fuéramos a dormir mucho.
Como a las 5:30 ya empezó a funcionar el aeropuerto y a las 6 por fin pudimos pasar el check-in e ir a buscar algo de comer. Menos mal esta vez el vuelo estaba a tiempo, incluso salió unos minutos antes. ¡¡¡¡Ya sólo nos quedaban 4 horas más de viaje!!!!
Ya estaremos llegando?
El viaje en total duro 29 horas. Juemadre viaje tan largo y estando tan cerquita. Pero así toca cuando uno viaja con millas. Nada que hacer.
Cuando ya nos íbamos acercando empezamos a buscar la ciudad por la ventana. Pero nada que la veíamos, lo único que veíamos era blanco a la derecha y blanco a la izquierda. Yo pensaba que aún estábamos lejos, porque no se veía ciudad por ningún lado. Pero no, ahí el piloto dio la orden de aterrizar y todos nos miramos como, ¿pero y a dónde? ¿Será que el aeropuerto era lejos de la Calgary? Y seguíamos viendo sólo blanco, no se veían vías principales o casas, ni siquiera edificios, solo blanco. Juemadre frio tan bravo que nos esperaba!
Llegamos a Calgary a las 11 de la mañana. Molidos. ¡Pero ya estábamos en nuestro nuevo hogar! Era el final de nuestro viaje aun cuando el inicio de la nueva etapa de nuestras vidas estaba apenas iniciando.
Y una maleta rota, más que rota cortada. Nos preocupaba el PS3 y otras cosas de “alta probabilidad de robo”. Así que nos tocó abrir todas las maletas e ir a hacer el reclamo. Nada del otro mundo, pero si una demora más.
Salimos finalmente con nuestras maletas y nos llevaron a inmigración. Había montones de gente y los agentes se veían todos serios, intimidantes. Entregamos nuestra carpeta bien ordenadita como siempre y nos informaron que lamentablemente el sistema estaba caído y teníamos que esperar. Eso duro como 2 horas quieto, pero una vez empezó a andar era rápido, de cualquier forma, había mucha gente así que teníamos que seguir teniendo paciencia.
Y por fin!
Finalmente vimos que revisaban nuestra carpeta. Y el señor agente muy cuidadoso volvía a poner todo en su sitio. Y bueno, nos tocó el turno, allá fuimos todos nerviosos, porque uno igual está asustado que por alguna cosa lo devuelvan, más cuando habíamos visto montones de capítulos de “Alerta Aeropuerto”, queda uno todo paniquiado. Pero no, todo estaba en orden. Nos entregaron los permisos, un papel tamaño carta que ahora era nuestro más preciado bien, porque ese papel es lo único que nos permite permanecer legalmente en Canadá.
Y así, después de 7 años de lucha por fin escuchamos el Bienvenidos a Canadá.
Quieres saber mas? Sigue leyendo! Hay historia pa’ rato! El que sigue! ➡️
Getting there – Second Leg
During the flight to Houston there was a lot of turbulence. We have been flying for 2 and half hours and still no signs of preparing for landing. I looked out the window and saw the city come and go, we were circling over Houston.
Finally, the pilot announced that we had been flying over Houston for an hour and that they had not given us permission to land because there was a storm. But we were running out of gas, so they sent us to Austin, another delay. Luckily our stops were long enough. I can’t imagine us running through a giant airport with bags and everything trying to catch a plane. We stop in Austin for about half an hour and then back to Houston, but we were unable to let Raul know what was happening because we had no Internet on the plane, and we couldn’t get off the plane either.
When we landed it was almost 2 in the morning, and when Raúl saw that they had sent us to Austin, he thought that they were going to leave us there and left. So, we couldn’t see him even for a little bit. We were so sad! But nothing we could do.
Getting there – Second Leg: Houston
I don’t know how an airport of that size closes. Incredible! Even the train that takes you from one terminal to another was out of service. So, we had to walk down a very long and fearful hall, carrying our heavy handbags and absolutely exhausted. We walked about 2 kilometers while trying to get some fun out of the situation. We started talking about what happened in the scary movies every time there is a long hallway. And suddenly we saw a suspicious guy walking towards us, limping and with something in his hand. Hahahaha we were so scared!!! We even imagined that he had an ax in his hand! But no, he was just a maintenance man.
We try to find where to rest. But there was no way to access the waiting rooms. Everyone was lying on the floor, but there was no way we were doing that with all the bags we were carrying. We needed to find a “safe” place. However, the only thing we found was a row of 3 chairs and there we settled, the 4 of us between hugging suitcases and backpacks and we tried to sleep. But we couldn’t, because the fire alarm was failing so every 20 minutes it went off and made an incredible noise. Either way, sitting in a chair, cold and hungry, wasn’t helping. So, we didn’t sleep much.
At 5:30 the airport started working and at 6 we finally got to check-in and get something to eat. Luckily this time the flight was on time, it even left a few minutes before. We only had 4 more hours of travel left!
Are we really getting there?
The trip took 29 hours in total. That’s a long travel for such short distance. But that’s how it works when you use air miles. Nothing to do.
When we were getting closer, we started looking for the city through the window. But we saw nothing, all we saw was white on the right and white on the left. I thought we were still far away, because there was no city anywhere. But no, in that moment the pilot gave the order to land and we all looked at each other as, but where? Could it be that the airport was far from the city? And still we were looking at a white landscape, there were no main roads or houses, not even buildings, only white. And then we realize the cold weather that was waiting for us!
We arrived at Calgary at 11 in the morning. Wear out. But we had arrived at our new home! It was the end of our journey even when the beginning of the new episode of our lives was just beginning.
A broken suitcase, rather than broken, cut. We were worried about the PS3 and other things of “high probability of theft”. So, we had to open all the bags and go to make the claim. Nothing out of the world, but one more delay.
We finally left with our bags and they took us to immigration. There were lots of people and the agents looked all serious, intimidating. We handover our well-ordered binder, as usual, and were informed that unfortunately the system was down, and we had to wait. That lasted about 2 hours, but once it started working again it was fast, anyway, there were a lot of people, so we had to keep on being patient.
Finally, we landed!
Finally, we saw that they took our folder. And the very careful agent put everything back in its place. And well, it was our turn, there we were all nervous, because one is still afraid that for some reason, they will sent you back, more when we had seen lots of episodes of “Airport Alert”, one remains all nervous.
But no, everything was in order. They gave us the permits, a letter-size paper that was now our most precious asset, because that paper is the only thing that allowed us to remain legally in Canada.
And so, after 7 years of trying we finally heard the Welcome to Canada.
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